Lobster ofrece una experiencia visualmente impactante, donde el diseño interior se caracteriza por el uso creativo de volúmenes en el techo, formas curvas y sensación de movimiento. Desde la entrada, los comensales son recibidos por un espejo infinito que crea una ilusión de espacio infinito y profundidad, estableciendo un tono de elegancia y sofisticación desde el primer momento.
En el interior, los techos altos y los volúmenes escultóricos crean un ambiente dinámico y envolvente. Elementos arquitectónicos en contraste con el uso de madera enmarcan el espacio, generando una sensación de fluidez y movimiento que invita a explorar cada rincón del restaurante. Los materiales elegidos se combinan para crear una paleta de colores y texturas que reflejan la modernidad y la elegancia del espacio. Los muebles son cómodos y estilizados, con formas orgánicas que complementan la fluidez del diseño interior.