
Est proyecto empieza con un reto inicial de diseñar sobre un terreno irregular, una cuchilla que disminuye al fondo del terreno, la idea de la casa es poder aprovechar el frente de la casa donde se tiene el mayor espacio de terreno y poder tener los ambientes unidos en un solo eje.
Se crea un ingreso principal con una puerta tipo portón donde se accede a un vestíbulo y genera un eje principal de distribución, donde de un lado, se accede a un estudio y al otro a la sala-comedor y cocina, cuya iluminación la componen principalmente 2 lámparas artesanales elaboradas con cuerpos de marimbas antiguas que a su vez rinden homenaje a la melodía guatemalteca titulada Noche de Luna Entre Ruinas que inspira el nombre de la propiedad.
Tiene un comedor exterior y un área de pérgola de doble altura en voladizo, para garantizar una vista limpia del paisaje, que comunica con el jardín y debajo de ella, una serie de medios arcos iluminados que a su vez se reflejan en una pared de espejos que completan su forma.
En la otra parte del eje se puede acceder al dormitorio del primer nivel y poder subir al segundo nivel donde se encuentran dos dormitorios y una sala familiar.
El proyecto gira con la vista al jardín interior donde se encuentran unos arcos en ruinas con un jacuzzi central y un amplio espacio de convivencia.
Desde la terraza, la vista se abre a un extenso terreno de siembras cafetaleras y al fondo la imponencia de los volcanes de Fuego, Acatenango y Agua.