
Un ecléctico apartamento en la Ciudad de Guatemala, diseñado para estimular los sentidos y sentir emociones. Este proyecto se inspira de las selvas tropicales de todo el mundo, y el toque psicodélico y refrescante que podemos encontrar en ellas. Texturas diversas como alfombras persas sobre pieles de cebra, sofás de lana de oveja, papeles tapiz eléctricos, vegetación, esculturas y arte moderno hacen de este espacio una experiencia inolvidable. Los clientes de son coleccionistas de muebles antiguos, y estuvieron dispuestos a intervenirlos con color para traerlos al siglo XXI. En el vestíbulo de ingreso, se intervinieron unos muebles con rojo ahumado, que contrastan divinamente con el dorado de los místicos elementos decorativos como unas vasijas antiguas donde se guardaba el aceite en la India. En el bar, un muro de piedra Agatha semipreciosa ilumina el nicho, con una franja azul donde se exhiben botellas. Muebles de madera conacaste y piel de cebra ayudan a complementar el fabuloso espacio. El arte no se limita a cuadros y esculturas, pues se exhiben también unos azafates de plata con manecillas de cuernos de vaca, junto a un espejo infinito que es un punto focal en la composición.
Una habitación de visitas totalmente monocromática es uno de los puntos más exquisitos de este proyecto, donde las piezas y los colores cuentan una historia única con mucha personalidad.
Sin duda un apartamento exquisito con detalles exóticos y eclécticos, arte y elementos de todo el mundo y una composición delicadamente balanceada para que cada elemento cuente su historia, mientras todos juntos hablan de la personalidad de los atrevidos dueños y diseñadores del espacio.